Me encanta dormir desnuda. Es más, el placer de desprenderme de toda mi vestimenta, de desabrochar el sostén, de que las bragas abandonen mi cuerpo, es como… Una ya se sabe preparada, lista para dejarse enjabonar por las sedas de las sábanas. Me encanta dormir desnuda. Y sola. El hecho de abandonarse al mundo onírico, jamás lo he concebido en compañía. Es un acto tan íntimo, al menos para mí, que…que…por que es la antesala de la más plena debilidad del ser humano…es cuando cualquiera te puede observar sin la coraza de la conciencia…es…es íntimo.
Y sin embargo, llevo varias noches siendo invadida por «sueños» tan reales como que en las mañanas observo en mi cuello moretones. También en las cercanías de mi sexo. Estos «sueños» los protagoniza un ser amargo, oscuro, informe, con sabor a sulfuro…un ser que me toma apasionadamente…un ser que me hace disfrutar, lo reconozco y que, al despertarme, me llena de pánico. Tan real lo percibo. El caso es que no entiendo el disfrute del sueño y el miedo llantoso del despertar. Es como si al irse me susurrara algunas palabras entre fúnebres y malignas, unas palabras sin sonido ni recuerdo, unas palabras que apenas intuyo…
Me gusta dormir desnuda y sola…Pero desde hace unos días me aterroriza.
Los más bellos sueños pueden tornarse oscuros. ¿Será que uno opta aún sin ser consciente?
Muy bueno.
Abrazo
Buenísimo…
No me extraña, cualquiera estaría aterrorizada, aunque no eran pesadillas propiamente dichas 🙂
Muchos besos.
Poseída por un ente que se disfraza de ensueño…
Muy bueno. Un placer leerte.
Bsoss.
Una historia de peli , me recuerda al «ENTE» desde luego tiene que ser horrible que llegue la hora de dormir , pues hay pesadillas que es mejor no tener .Me gusto mucho como enfocaste la historia .
Un abrazo
Sin duda con entes malignos cualquier sueño se convierte en pesadilla
Un abrazo
Estupendo texto Gustavo, muy bien llevado y descritos los detalles y sensaciones de la protagonista, y me encantó que fuese narrado en primera persona. Un abrazo grande
Me ha gustado tu texto, muy personal.
Abrazo de amigo.
Tremendos los íncubos que te seducen sin que te enteres y acaban tomando lo que quieren sin que pueda hacerse mucho en contra. Pero las sombras también se pueden in inundar de luz.
Me ha encantado tu relato desde primera persona.
Un beso.
Recuerda a la película El Ente, de la que se dice está basada en un caso real.
Hay una dualidad entre terror y deseo. Buen recurso.