BON APEETIT…EN JUEVES.

Dijiste que sí, con esa seguridad tuya tan aplastantante, dijiste que de acuerdo. Y aquí estamos, tú desnudo, tan desnudo como hecho sólo de piel, los ojos cerrados, calma la respiración ;y yo, con la respiración a punto de despuntar, casi próxima al ansia. No me lo pienso más y comienzo, a horcajadas sobre ti, ambos dos sobre la larga mesa cubierta por mantel primaveral,…comienzo…comienzo mordiendo con delicadeza femenina, toda mi delicadeza, la fruta salvaje que sostienes entre tus labios, esa fruta tropical y roja como mis labios, como la fascinación de tus ojos recién abiertos al comienzo de este banquete. Muerdo la fruta, muerdo tus labios y saboreo ambos. Continúo por tu pecho duro, casi metálico. La mermelada que contiene, cual bandeja digna de una reina, la lameteo con paciencia resignada, resignada hasta que mis manos se deciden a acariciarte extendiendo la mermelada por todo tu pecho, deteniéndome en tus firmes pezones…hasta que decido circundarlos con mis índices manchados de dulce…Sin pensarlo dos veces aposento mis reales en tus rodillas y devoro rodajas de frutas extrañas para mí de tu vientre endurecido nada más notar mis labios, endurecido nada más sentir mis dientes que casi te muerden. Después mis dedos, una vez que se han alejado  los labios y  la boca, se plantan en el campo de la degustación para de a poco ir tomando un trozo y otro y otro y…la boca recoge el resultado de la caza de los dedos y se solaza, me solaza, con regusto…

La ropa, que hasta entonces me resguardaba de tu piel, embadurnada de fruta y de mermelada, de tus olores de varón aquietado, casi sometido,no, abediente por que quieres, se desprende de mi cuerpo, mientras de pies te contemplo ávida…ávida como tú, tan ávida de alcanzar, ya sí, el postre. Vuelvo a aposentar mis reales desnudos en tu desnudez y ya no como, ambos dos comemos…BUEN APETITO , te digo acalladamente en tu oído mientras te muerdo suavemente la oreja,mientras nuestrsos sexos se comen en siliencio.

.MÁS EN LO DE MATICES.