Las vidas que a partir de un instante ya no fueron, se establecieron en la otra orilla. Es incluso posible que pagaran al barquero para quedarse dando vueltas en cualquier remolino del río. Y sin embargo, ninguna de ellas, casi estoy seguro, disfruta del sol veraniego de esta orilla, ni del plas plas al pisar las hojas del otoño o las hiervas secas de esta orilla, siempre con sol y humedad y sequedad, siempre en pálpito vital. De aquellas vidas, al peso, al peso vital, se entiende, alguna se mereció quedar de esta parte de la orilla, nunca en el remolino, nunca de la otra parte.
Ismael se fue en plenitud de vida, se fue con toda su sangre borboteando juventud. De estar en el remolino del río, estará sacando matrículas de honor; de estar en la otra orilla, estará enseñando a los alumnos: siempre quiso ser profesor de literatura clásica. Yo, seguí sus pasos: me refiero a sus sueños, claro está. Me propuse enseñar el buen latín, el buen griego. Pero hete aquí que yo no fui él.Nunca. Me quedé por los caminos que transitan en dirección a las veras del río. Me quedé en intento frustrado, en apenas un paso, pues me cansé al segundo. Quise vivir su vida, quise honrarle…quise y me quedé en la primera caída.
Las vidas que a partir de un instante ya no fueron, quizá debieron de haber seguido siendo y las de algunos debieron de haber atravesado con el barquero el río…
MÁS EN LO DE ALFREDO: http://alfredo-laplazadeldiamante.blogspot.com.es/
julianoelapostata56 
Honrar la memoria de un amigo que se fue, intentando seguir sus pasos. Qué hermosa manera de eternizar una amistad! No importa si se llega o no a alcanzar el sueño, eso es secundario, lo importante es el amor que impulsa el intento.
Un abrazo, Gus
=)
Un bellísimo homenje a la amistad. Alabanzas que te salen del alma. Lloras con el corazón , y te estremeces al recordarlo. Buén aporte para la amistad entre jóvenes.
Muchos amigos verdaderos, es lo que te deseo.
No se puede vivir la vida de otros, cada cual es cada cual, pero es un lujo poder estar a su lado y disfrutar con ellos hasta el último momento. Emotivo homenaje Gus.
Un abrazo.
Qué bonito y qué sentidas palabras, un homenaje que pone de manifiesto una amistad entrañable.
Un abrazo fuerte.
Me conmueve, me sensibiliza, me emociona.
Un relato que llena mi espíritu.
besos
Un hermoso detalle para hacerle honor a la amistad. y aunque no se pudo realizar lo deseado al menos te quedo la satisfacción de haber hecho el esfuerzo. Muy emotivo tu relato.
Saludos
Tiempo sin leerte Gustavo. Ya casi no recordaba lo emotivos que pueden ser tus relatos. Aquí hay un hermoso canto al recuerdo del amigo que ya no está.
Mis saludos y un abrazo.
Ayer leí el de Leonor y ahora leo el tuyo y en ambos hay mucha semejanza. La iferencia, en el de ella quedaba la amistad y en éste parece que no; sin embargo seguro que queda dentro de los dos personajes aquella amistad.
Medio beso, compañero…
Me has recordado la canción de Alberto Cortés, «Cuando un amigo se va», por el vacío tan grande que nos deja. Sentido homenaje a la memoria de un amigo el que hoy nos dejas, Gustavo.
Un fuerte abrazo.
Relato triste, uno se fue y otro quedó; pero seguro que la amistat nunca se olvidará
Un abrazo
Conmovedor hasta la más íntima de mis fibras! Un homenaje que eriza las emociones, y al leerte se siente todo lo que queres transmitir.
Un gusto pasar por acá como siempre y llevarme este bello aporte, que es triste pero pleno.
Un abrazo.
Sentidos recuerdos por lo que pudo ser y no fue.
Sentido homenaje a aquel que lo intentó y despareció en el remolino. Allí está dando vida, la de la travesia, la del intento, la de la consecuencia.
Sentido texto que apetece releer una y otra vez.
Abrazos
Hay hijos que son como amigos y amigos que se parecen mucho a hijos. Ningunos deberían partir demasiado pronto, pero cuando lo hacen, intentar honrarlos siguiendo (o completando) sus pasos es algo loable, pero muy difícil.
Un abrazo.
Tiene un ritmo como de gotas tu relato, triste, profundo y constante. No se quien hubiera merecido quedarse o cruzar, es una pedantería nuestra sentenciar sobre el mérito
Bello Gustavo, me gustó mucho
Dos monedas para Caronte les daría yo con mucho gusto a algunos de esta orilla…
besito, gatito.
Vidas que se truncan y en las que queremos vivir pero eso no es posible, nuestro camino es diferente, nuestro destino otro, aunque el recueedo nos acompañe en el tránsito. Un besote