Los años transcurren para todos y para todo. También transcurre para la valentía. Recuerdo perfectamente que con 16 años era capaz de alzarme por encima, incluso por entre las olas marinas. Daba lo mismo la elevación o la fuerza de esas lenguas de mar, siempre me enfrentaba a ellas.
Con el discurrir de los años, apenas si…cuando a mis 30 me enfrentaba a las olas marinas, tendía a seleccionar las de menor envergadura. De las otras huía, salia del agua como gato despavorido. Y en cuanto a esas elegidas atendiendo a una cuestión de miedo tan solo, lo que solía hacer cuando las enfrentaba,era presentarles el culo: no se si para que me dieran por el o si para mandarlas al mismo.
A mis 50, ya no selecciono olas. Como mucho…como mucho, repito, acepto que los residuos de las olas alcancen la altura de mis tobillos. Y es que el miedo a la mar salada, mecaguenlamarsalada, se ha ido haciendo dueño de mi, siendo este miedo igual al cuádruplo de la medida que va del suelo hasta mis tobillos. Es decir, multiplicas por cuatro esos 15 centímetros y obtienes la taquicardia, la aceleacion de mis latidos o los litros de mi sudoración.
P.D.
Pido disculpas por todas las faltas habidas. Pero es que escribo desde mi tabletita y no la domino.
Se suele perder esa intrepidez. Es algo que suele pasar. Muy bien la forma de contarlo.
Mecagoenlamarsalá,cómo dejaste que el mar hiciera esto de ti?? Tienes que recuperar la valentía, y dejar a un lado ese refrán que dice de cuarenta años pa´rriba no te mojes la barriga. ¡Animo!!!
Un beso
En mi caso siempre ha sido igual…jamás me animé a enfrentarlas jejje…tan sólo lo palpo desde la orilla
=)
Pues si amigo, cuando uno es joven no le tiene miedo a nada, algunos son incluso demasiado temerarios; pero cuando te haces mayor, la razón está por delante de todo lo demás, así es que te comprendo compañero.
Un abrazo
En el pasar de los años, el ser humano va tomando más responsabilidad de sus actos. La juventud es más acelerada, más dinámica y tiende a retar miles de riesgos. Muy buena narración. =)
Besos
Xagerao… ya será menos.
Siempre queda el placer de sentarse y disfrutar de lo que uno ve, de lo que uno siente. Un paseito por la orilla es ummmm! lo más, Eso al menos que no nos lo quite ni los años cumplidos, ni nada, ni nadie.
Besos mi capitan.
Ufff! Que a mí las olas me acobardan bastante también. Nos las miraría con mi trasero, y es que eso que viene de espaldas y sopetón sin siquiera poderlo enfrentar para luego salir corriendo, creo que me acobardaría más. Pero lo has contado con tal gracia, que bien puedo imaginar la escena. Jaja!
Besos!
Gaby*
Pues a mí las olas siguen gustándome pero cada vez soporto peor entrar al mar con el agua tan fría. Los paseos por la orilla son una delicia así que disfrútalos.
Un beso
Somos los humanos más débiles de lo que creemos, no somos capaces de superar los sustos, nos marcan de por vida… si te contara yo la historia de un saltamontes el trauma que me creó.
Besito, gatito.
Pero bueno¡ Con 50 añitos te dan miedo las olas??? Pero si eres un chaval hombre!
la edad tiene cosas buenas y malas, la edad nos marca el ritmo. Lo importante es estar contento con lo que hacemos en cada momento y edad. Un besote
Hola
I do agree with all the ideas you have offered to your post. They’re very convincing and can definitely work. Nonetheless, the posts are very short for beginners. May just you please lengthen them a little from next time? Thank you for the post.